Susurros en la Noche

Trabajadores y vigilantes nocturnos relatan historias de puertas que se abren y cierran solas, pasos infantiles que resuenan en el vacío y, lo más inquietante, lamentos y gritos desgarradores que rompen la quietud de la noche. El epicentro de estos fenómenos paranormales parece ser una casita de muñecas de tamaño real, anexa al palacio, mandada construir por el marqués para su hija adoptiva, Raimundita.

La Leyenda

Se dice que la voz que se escucha entre los gemidos es la de una madre que llora por su hija muerta hace más de cien años. Una madre que acusa a los antiguos habitantes del palacio, el marqués y la marquesa de Linares, de un terrible crimen: el asesinato de su propia hija, Raimundita.

Un Amor Prohibido

La leyenda se remonta a la época del marqués José de Murga y Linares, educado en un ambiente liberal por su padre, Mateo. Este le inculcó la idea de casarse por amor, sin importar la clase social de su futura esposa. Sin embargo, el destino tenía otros planes.

José se enamoró perdidamente de Raimunda, una joven de humilde origen. Su amor era puro y verdadero, pero la familia del marqués se opuso con vehemencia a la relación. Consideraban a Raimunda indigna de su linaje y estatus.

Un Secreto Oscuro

Cegado por la furia, Mateo envió a su hijo a Inglaterra para alejarlo de Raimunda. Pero durante el largo viaje, Mateo falleció inesperadamente, obligando a José a regresar a España. Al volver, José se casó con Raimunda y poco después tuvieron una hija, a la que llamaron Raimundita.

La felicidad de la familia se vio truncada cuando José descubrió un terrible secreto: Raimunda era su media hermana, fruto de una relación extramarital de su padre. La noticia lo devastó, pero aún más lo atormentó el hecho de que su hija, Raimundita, era fruto de una relación incestuosa.

El Horror

Según la leyenda, horrorizados por la revelación, José y Raimunda decidieron eliminar a su hija, considerándola maldita. Algunas versiones cuentan que la ahogaron en una de las lujosas bañeras de mármol del palacio, mientras que otras afirman que la emparedaron en un muro exterior, cerca de la casita de muñecas.

Fantasmas del Pasado

Tras el infanticidio, la pareja se vio consumida por la culpa y el remordimiento. Vivieron separados en el palacio, atormentados por los fantasmas de su crimen. La marquesa falleció años después, y José, devastado por la pena, se suicidó. Se dice que pidió ser enterrado en el jardín del palacio, desafiando las normas católicas que prohíben el entierro en suelo sagrado a los suicidas.

La Casa de América

Décadas después, el palacio fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid y restaurado con mimo. En 1992, abrió sus puertas como Casa de América, un centro cultural dedicado a las relaciones entre España e Iberoamérica.

Un Legado Misterioso

La casita de muñecas, testigo silencioso de la tragedia, también ha sido restaurada y alberga exposiciones. Hoy en día, el Palacio de Linares sigue siendo un lugar mágico y cautivador, donde la historia y la leyenda se entrelazan creando una atmósfera única.

Susurros persisten

Sin embargo, para algunos, los fantasmas del pasado aún no han encontrado paz. Se dice que en las noches de luna llena, se pueden escuchar los lamentos de Raimunda y el llanto de Raimundita vagando por los pasillos del palacio. 

¿Te atreves a entrar y descubrir la verdad que se esconde entre sus muros?

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